William Shakespeare, dejó una huella indeleble en la literatura y el teatro. Sus obras, desde las tragedias hasta las comedias, han influido en la cultura mundial durante siglos. Pero, ¿sabes cuándo murió y dónde se encuentra enterrado Shakespeare? En este artículo, exploraremos la fecha de su fallecimiento y el lugar de su entierro.
¿Cuándo murió William Shakespeare?
William Shakespeare murió el 23 de abril de 1616. Curiosamente, se cree que su fecha de muerte coincide con su fecha de nacimiento (también un 23 de abril en 1564), aunque no existe certeza absoluta sobre el día exacto de su nacimiento.
¿Dónde está enterrado Shakespeare?
Shakespeare fue enterrado en la Iglesia de la Santísima Trinidad (Holy Trinity Church) en su ciudad natal, Stratford-upon-Avon. Su tumba se encuentra dentro de la iglesia, cerca del altar, una posición de honor reservada en su época para personas de alta relevancia social.
¿Qué dice en la tumba de Shakespeare? ¿Una advertencia para los profanadores?
Uno de los aspectos más intrigantes de la tumba de Shakespeare es la inscripción que la acompaña. En la lápida, Shakespeare dejó una advertencia para aquellos que pudieran pensar en mover sus restos:
“Buen amigo, por Jesús, abstente,
de cavar el polvo aquí encerrado.
Bendito el hombre que respete estas piedras,
y maldito el que mueva mis huesos.”
Esta inscripción ha disuadido a quienes pudieran haber pensado en exhumarlo o trasladar sus restos a un sitio más monumental, como la Abadía de Westminster, donde están enterrados otros grandes escritores ingleses.
La Iglesia de la Santísima Trinidad: Un lugar histórico
La Iglesia de la Santísima Trinidad, una construcción medieval, es uno de los lugares más visitados en Stratford-upon-Avon gracias a la tumba de Shakespeare. Los visitantes pueden ver tanto su lápida como un busto esculpido en su honor, colocado en el muro justo sobre el lugar de descanso del dramaturgo.
Curiosidades sobre el descanso final de Shakespeare
1. El temor a la profanación de tumbas: En la época de Shakespeare, era común que los cuerpos fueran exhumados después de un tiempo para dar espacio a nuevos enterramientos. La maldición en la lápida probablemente buscaba evitar que su tumba sufriera este destino.
2. Un posible misterio sin resolver: Algunos historiadores han especulado que el cráneo de Shakespeare podría haber sido robado en el siglo XIX. Sin embargo, la inscripción ha ayudado a disuadir a cualquier profanador, y no se ha realizado ninguna investigación exhaustiva para confirmar o desmentir esta teoría.
3. Un legado eterno: La tumba de Shakespeare se ha convertido en un lugar de peregrinación para admiradores y académicos de todo el mundo, que buscan rendir homenaje al “Bardo” en el lugar de su descanso final.