Un estudio reciente realizado por el Instituto Pasteur, en colaboración con otras instituciones, ha identificado cómo ciertos circuitos neuronales en la amígdala podrían influir en la tendencia de los pacientes con depresión a interpretar los estímulos de su entorno de forma excesivamente negativa.

Revelan cómo la disfunción de neuronas en la amígdala potencia la percepción negativa en la Depresión (1)

Este fenómeno, conocido como “sesgo de valencia negativa”, se da cuando las personas perciben las experiencias diarias con una carga emocional mayormente desfavorable, exacerbando los síntomas depresivos.

El papel de la amígdala en la codificación emocional

En condiciones normales, la amígdala juega un papel fundamental en la interpretación emocional de los estímulos, favoreciendo tanto respuestas de atracción como de repulsión.

Sin embargo, este estudio, realizado en modelos animales con características similares a la depresión humana, mostró una sobreactivación de las neuronas que codifican estímulos negativos y una disminución de la actividad de las que procesan estímulos positivos.

Revelan cómo la disfunción de neuronas en la amígdala potencia la percepción negativa en la Depresión (2)

Implicaciones para nuevas terapias en depresión resistente

Para el 30% de los pacientes que no responden a los tratamientos convencionales, este hallazgo abre una posible vía para terapias innovadoras. Los investigadores lograron mitigar el sesgo negativo en los modelos experimentales al activar las neuronas asociadas a la percepción positiva.

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Este método podría representar un avance significativo para abordar la depresión y los trastornos bipolares que presentan fases de extrema negatividad emocional.

Perspectivas para futuras investigaciones y tratamientos

En adelante, los científicos están considerando probar estas observaciones en humanos, explorando si la activación de estos circuitos neuronales específicos podría mejorar los tratamientos para la depresión resistente.

Como subraya la investigadora Mariana Alonso, la manipulación dirigida de estos circuitos podría ser clave en el desarrollo de terapias personalizadas y en la mejora de la calidad de vida de aquellos que experimentan una percepción persistentemente negativa de su entorno.

Fuente: ScienceDaily

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