El uso de obras protegidas por derechos de autor para entrenar modelos de inteligencia artificial ha generado controversia en la industria editorial. Recientemente, escritores de renombre han alzado una protesta contra Meta por emplear, sin permiso, sus libros en el desarrollo de sus sistemas de IA.
Autores se movilizan contra Meta por uso indebido de sus obras
El 3 de abril de 2025, escritores y profesionales del sector editorial se congregaron frente a las oficinas de Meta en Londres para manifestar su descontento. Entre los presentes se encontraban novelistas como Kate Mosse y Tracy Chevalier, así como el poeta Daljit Nagra.
La protesta fue organizada por la Sociedad de Autores (SoA), que entregó una carta a Meta expresando su preocupación por el uso no autorizado de obras literarias en el entrenamiento de modelos de IA.
Uso de bibliotecas ‘sombra’ en el entrenamiento de IA
La controversia se centra en el uso de LibGen, una «biblioteca sombra» que alberga más de 7.5 millones de libros. Según informes, Meta habría utilizado este repositorio para entrenar sus modelos de inteligencia artificial sin obtener el consentimiento de los autores.
Muchos escritores descubrieron que sus obras estaban incluidas en esta base de datos tras la publicación de un índice por parte de The Atlantic.
Reacciones y acciones legales en curso
Vanessa Fox O’Loughlin, presidenta de la SoA, calificó las acciones de Meta como «ilegales, impactantes y absolutamente devastadoras para los escritores». Además, se ha presentado una demanda en Estados Unidos acusando a ejecutivos de Meta, incluido su CEO Mark Zuckerberg, de utilizar contenido pirateado a sabiendas.
Autores como AJ West han expresado su indignación por la falta de respuesta gubernamental y han iniciado una petición que ha reunido 7,000 firmas, exigiendo que el gobierno tome medidas al respecto.
La protesta de los escritores destaca la creciente preocupación en la comunidad literaria sobre el uso no autorizado de obras protegidas por derechos de autor en el entrenamiento de inteligencia artificial. Este conflicto subraya la necesidad de establecer regulaciones claras que protejan los derechos de los creadores en la era digital.