Una historia corta perdida por 134 años del célebre autor de Drácula, Bram Stoker, ha sido redescubierta. “Gibbet Hill”, publicada en un periódico de Dublín en 1890, fue encontrada por el historiador amateur Brian Cleary en los archivos de la Biblioteca Nacional de Irlanda.
Esta historia gótica de terror relata el asesinato de un marinero por tres criminales cuyos cuerpos son exhibidos en una horca como advertencia. Su redescubrimiento proporciona un nuevo contexto sobre la evolución creativa de Stoker mientras empezaba a trabajar en su emblemática novela.
Un hallazgo inesperado en los archivos: “Gibbet Hill”
Brian Cleary, un ávido lector y fanático de Stoker, descubrió esta obra mientras revisaba viejos suplementos de periódicos durante su tiempo de descanso por motivos de salud. La obra había pasado inadvertida durante más de un siglo, lo que dejó a Cleary completamente sorprendido.
Tras identificar el relato en la edición navideña de 1890 del Daily Express de Dublín, Cleary consultó al biógrafo Paul Murray, quien confirmó que “Gibbet Hill” nunca había sido documentado en las biografías o bibliografías anteriores de Stoker. Este descubrimiento ha sido descrito como un importante hallazgo literario que ofrece una nueva pieza clave en el desarrollo del estilo narrativo del autor.
Contexto histórico y literario
La historia de Gibbet Hill, ambientada en Surrey, Inglaterra, comparte un escenario con la novela Nicholas Nickleby de Charles Dickens, lo que demuestra la influencia literaria que Stoker absorbía en esa época.
Este cuento, aunque breve, encapsula la clásica lucha entre el bien y el mal que permea gran parte de la obra de Stoker. Su reaparición subraya cómo sus primeros escritos abordaban el terror sobrenatural, temática central en su obra más reconocida, Drácula, cuya escritura comenzó en ese mismo año, 1890.
Publicación benéfica y legado familiar: Los ingreso por “Gibbet Hill” de Bram Stoker serán para la fundación Charlotte Stoker
“Gibbet Hill” será republicado junto con ilustraciones del artista irlandés Paul McKinley, y todos los ingresos se destinarán a la Fundación Charlotte Stoker, un fondo que lleva el nombre de la madre del autor, quien fue una defensora activa de la investigación sobre la pérdida auditiva.
Curiosamente, la historia se vincula simbólicamente con la propia experiencia de Cleary, quien comenzó a frecuentar la biblioteca tras sufrir una repentina pérdida de audición. Los fondos recaudados apoyarán la investigación sobre la pérdida auditiva infantil, un homenaje al legado filantrópico de la familia Stoker.
El inesperado hallazgo de “Gibbet Hill” no solo ofrece un vistazo más profundo a la evolución literaria de Bram Stoker, sino que también une el legado artístico y filantrópico del autor y su familia.
Fuente BBC