La activista Greta Thunberg ha decidido ampliar su lucha más allá del cambio climático, participando en una misión humanitaria que busca romper el bloqueo naval de Israel sobre Gaza. A bordo del barco Madleen, junto a otros activistas, políticos y profesionales de la salud, Thunberg intenta entregar ayuda humanitaria urgente a una población civil sumida en el hambre y el conflicto.
Israel reacciona con firmeza y amenazas a la expedición de Greta Thunberg
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha prometido impedir que el Madleen llegue a las costas de Gaza. Ha calificado la expedición como una “flotilla del odio” y acusó a Thunberg y sus compañeros de actuar como “portavoces de Hamas”.
Katz afirmó que las fuerzas israelíes actuarán por mar, aire o tierra para evitar que se rompa el bloqueo, el cual consideran esencial para la seguridad nacional y para presionar la liberación de rehenes capturados por Hamas en octubre de 2023.
Activistas decididos frente al riesgo: Greta Thunberg y Hassan hacia Gaza
Pese a las amenazas, la tripulación del Madleen se mantiene firme. Entre ellos se encuentran figuras como la eurodiputada Rima Hassan y el médico Baptiste André, preparado para asistir a posibles heridos.
La embarcación ha sufrido bloqueos en su señal GPS, lo que ha dificultado su seguimiento. Thunberg ha declarado que “el silencio del mundo es más peligroso que esta misión” y defiende la causa como un acto de humanidad frente a una tragedia silenciada.
Una crisis que sigue agravándose
Israel permitió recientemente la entrada de ayuda limitada a Gaza, pero su distribución ha sido caótica y mortal. La Fundación Humanitaria de Gaza, creada para canalizar esa ayuda, ha sido acusada de operar en condiciones peligrosas, donde decenas de personas murieron intentando acceder a alimentos.
Mientras tanto, el riesgo de hambruna aumenta y la cifra de muertos supera las 54,000 personas desde octubre de 2023, según fuentes palestinas.
La misión del Madleen no solo busca entregar ayuda, sino también desafiar un sistema que muchos consideran injusto. Greta Thunberg se convierte así en un símbolo incómodo para quienes prefieren guardar silencio.