Guerra con drones marca un peligroso giro en la rivalidad nuclear entre India y Pakistán mientras aumentan los ataques con armas no tripuladas

La región del sur de Asia está viviendo una escalada sin precedentes en su histórica tensión. Por primera vez, el conflicto India-Pakistán ha entrado en la era de la guerra con drones, con el uso intensivo de armas no tripuladas y tecnología de precisión que está transformando la naturaleza del enfrentamiento.

Drones reemplazan a misiles y soldados en la guerra del sur de Asia

En una serie de ataques recientes, India ha acusado a Pakistán de lanzar drones y misiles contra bases militares situadas tanto en su territorio como en la región de Cachemira administrada por India. Islamabad, por su parte, niega las acusaciones y asegura haber derribado al menos 25 drones enemigos en zonas clave como Karachi, Lahore y Rawalpindi.

Guerra con drones en la rivalidad nuclear entre India y Pakistán
Fotografía: Farooq Khan/EPA

El silencio oficial de Nueva Delhi contrasta con los reportes paquistaníes que afirman la destrucción de varios sistemas aéreos indios, mientras que India sostiene que neutralizó radares y sistemas de defensa paquistaníes, incluida una instalación estratégica en Lahore.

Las capacidades no tripuladas reconfiguran la guerra: drones como señuelos, armas y ojos en el cielo

Los expertos destacan que los vehículos aéreos no tripulados (UAVs) ahora desempeñan múltiples funciones en el campo de batalla moderno. No solo sirven como elementos de vigilancia, sino que también se usan para localizar y marcar objetivos, o bien para actuar como señuelos y forzar la activación de defensas enemigas que luego pueden ser destruidas.

India, por ejemplo, cuenta con un arsenal dominado por tecnología israelí, incluidos los drones IAI Searcher, Heron y Harop, este último utilizado como munición merodeadora que puede impactar objetivos estratégicos con alta precisión.

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Además, la reciente compra de drones MQ-9B Predator a Estados Unidos representa una importante ampliación de su capacidad ofensiva, gracias a su autonomía y altitud operativa.

Pakistán, por otro lado, presume una flota variada y numerosa. Ha integrado drones turcos Bayraktar Akinci, modelos chinos CH-4, así como sus propias plataformas como Burraq y Shahpar. Además, trabaja en la implementación de drones acompañantes («loyal wingman») para operar junto a aeronaves tripuladas.

¿Contención o detonante? El dilema estratégico de una guerra silenciosa

Si bien el uso de drones podría verse como una alternativa menos agresiva a bombardeos tradicionales, también plantea nuevos riesgos. Las operaciones con UAVs permiten ataques de precisión sin necesidad de cruzar fronteras con aviones tripulados, lo que teóricamente reduce las probabilidades de una guerra abierta. Sin embargo, cada derribo o ataque puede convertirse en una chispa para un conflicto mayor.

El conflicto actual ha causado decenas de muertes en ambos lados. Mientras India justifica sus acciones como respuesta a un atentado contra turistas en Pahalgam, Pakistán niega cualquier implicación.

Analistas coinciden en que estos intercambios de ataques aún no constituyen una represalia a gran escala, pero podrían convertirse en una si se intensifica la confrontación.

La guerra con drones entre India y Pakistán está abriendo un nuevo capítulo en una disputa territorial y política que ya lleva décadas. Este tipo de conflicto con armas no tripuladas implica ventajas estratégicas, pero también una amenaza creciente de escalada nuclear si no se gestiona con cuidado.

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