En la madrugada del sábado, la ciudad ucraniana de Járkiv vivió su jornada más devastadora desde el inicio de la guerra Rusia-Ucrania. Situada a solo 30 kilómetros de la frontera con Rusia, fue blanco de un bombardeo masivo que incluyó misiles, drones y bombas aéreas guiadas.
La ofensiva, según el alcalde Igor Terekhov, fue «el ataque más poderoso desde que comenzó la invasión», dejando muerte, destrucción y una creciente tensión internacional.

Una ciudad sitiada por el fuego: Járkiv arde por el ataque de Rusia
Más de 40 explosiones sacudieron distintos distritos de Járkiv. Varios edificios residenciales fueron alcanzados, entre ellos uno en el barrio Osnovyanskyi donde murieron dos personas. Otra víctima fue reportada en el distrito de Kyivskyi. También resultaron dañadas escuelas y oficinas públicas, dejando un saldo de heridos, entre ellos una niña de 14 años y un bebé de apenas mes y medio.
Testimonios de una tragedia humana
Los relatos de los sobrevivientes reflejan el horror vivido. Una madre relató cómo su hija quedó atrapada bajo una losa de concreto tras el impacto, sin poder rescatarla. Vecinos corrieron entre los escombros para ayudar mientras los bomberos luchaban contra las llamas. El ataque dejó a familias enteras sumidas en el luto, y a muchas otras sin hogar.
Escalada militar y tensión diplomática
Rusia justificó el ataque como una operación de “alta precisión” contra infraestructura militar ucraniana, aunque los daños a zonas civiles contradicen esa versión. Ucrania denunció los hechos como una nueva muestra del “terror sistemático” contra su población.
Mientras tanto, las negociaciones sobre el intercambio de prisioneros quedaron en pausa tras una acusación rusa de que Kiev se ausentó del punto de encuentro. Ucrania, por su parte, negó que existiera tal acuerdo en marcha.
El ataque a Járkiv podría marcar un nuevo punto crítico en el conflicto. No solo por su intensidad, sino por las implicaciones geopolíticas que genera: el colapso de esfuerzos diplomáticos, el uso creciente de armas de largo alcance y la aparente voluntad de ambas partes de escalar aún más. En medio del fuego cruzado, la población civil sigue siendo la mayor víctima de esta guerra sin final a la vista.