Mary Shelley, una de las figuras más influyentes de la literatura gótica, nos regaló con Frankenstein una obra maestra que ha perdurado a lo largo de los siglos. A través de sus páginas, Shelley nos presenta un relato conmovedor y escalofriante que sigue resonando en la actualidad. En este artículo, exploraremos algunas de las mejores frases de Frankenstein o El moderno Prometeo de Mary Shelley.

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10 frases de Mary Shelley en Frankenstein

Ten cuidado; pues no conozco el miedo y soy, por tanto, poderoso.

Esta frase refleja la percepción del monstruo sobre su propia fuerza derivada de la ausencia de miedo. Al no temer las consecuencias, se siente invulnerable, lo que lo convierte en una figura peligrosa y poderosa. Esta declaración subraya el peligro que representa alguien que actúa sin temor, sin límites impuestos por la autoconsciencia o el miedo.

En mí hay amor como nunca antes has visto. Hay rabia en mi de la cual no podría escaparse. Si no estoy satisfecho con una, me complazco con la otra.

Aquí, el monstruo revela su dualidad emocional extrema. Es capaz de sentir un amor profundo, pero también alberga una rabia incontrolable. Esta dicotomía muestra cómo su sufrimiento y rechazo lo han llevado a desarrollar estas emociones intensas y contradictorias. Si no puede encontrar consuelo en el amor, se refugia en su ira, lo que lo hace impredecible y peligroso.

Soy un malvado porque no soy feliz.

Esta frase muestra la relación entre la infelicidad y la maldad en el monstruo. La falta de felicidad y el rechazo continuo que ha enfrentado lo han llevado a actuar de manera malvada. Shelley sugiere que la maldad no es innata sino el resultado de un profundo sufrimiento y abandono.

Yo era benévolo y bueno; la miseria me hizo malo. Hazme feliz y de nuevo seré virtuoso.

Aquí, el monstruo declara que su naturaleza original era bondadosa y que la miseria lo transformó en una criatura malvada. Implora que, si se le concede felicidad, volverá a ser virtuoso. Esta frase refleja el tema de la transformación moral y cómo las circunstancias externas pueden cambiar radicalmente la naturaleza de una persona.

Si seres tan hermosos eran desdichados, no era de extrañar que yo, criatura imperfecta y solitaria, también lo fuera.

El monstruo se compara con los humanos y, al ver que incluso los seres hermosos y completos pueden ser infelices, encuentra justificable su propia desdicha como una criatura imperfecta y solitaria. Esta reflexión resalta su sentimiento de alienación y su comprensión de que la infelicidad no discrimina.

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mejores frases de Mary Shelley en Frankenstein o el moderno prometeo

Si no puedo inspirar amor, voy a causar miedo.

Esta frase expresa la desesperación del monstruo por la aceptación. Al darse cuenta de que nunca será amado, opta por infundir miedo como una forma de dejar su huella en el mundo. Shelley explora aquí cómo la necesidad de conexión y reconocimiento puede llevar a comportamientos destructivos cuando no se satisface.

Vi cómo se marchitaba y acababa por perderse la belleza; cómo la corrupción de la muerte reemplazaba la mejilla encendida; cómo los prodigios del ojo y del cerebro eran la herencia del gusano.

Aquí se reflexiona sobre la fragilidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte, observando cómo la belleza y la vitalidad se desvanecen para dar paso a la corrupción. Esta observación destaca la naturaleza transitoria de la existencia humana y la inevitabilidad de la decadencia y la muerte.

El ángel caído se convierte en un malvado demonio. No obstante, incluso el enemigo de Dios y del hombre gozó de la compañía de amigos y semejantes en su desolación. Yo en cambio, estoy completamente solo.

Aquí, el monstruo se compara con Satanás, quien, a pesar de su caída, tenía compañía en su sufrimiento. El monstruo, por otro lado, está completamente solo, lo que intensifica su sentimiento de abandono y desesperación. Shelley destaca la soledad extrema del monstruo como un factor central en su transformación en una figura trágica y malvada.

Todos los jueces prefieren condenar a diez inocentes antes de que se escape un culpable.

Esta frase critica la justicia humana, sugiriendo que es preferible castigar a inocentes que arriesgarse a dejar libre a un culpable.

Nada ayuda a tranquilizar la mente tanto como un propósito firme.

Aquí se reconoce que tener un propósito claro y decidido es esencial para mantener la paz mental. Esta reflexión subraya la importancia del sentido de dirección y objetivo en la vida, sugiriendo que la falta de ello puede llevar a la desesperación y el caos interior.

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Las palabras de Mary Shelley en Frankenstein trascienden el tiempo, ofreciéndonos una ventana a su brillante mente y a los dilemas éticos y morales que enfrentamos en nuestras vidas. A través de sus frases, podemos apreciar la profundidad de sus pensamientos y la maestría con la que construyó su narrativa.

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