Morderse las uñas, o onicofagia, es una conducta común que muchas personas practican de manera automática, a menudo sin ser conscientes de ello. Aunque a simple vista puede parecer un hábito inofensivo, la realidad es que detrás de esta conducta se esconden factores psicológicos, emocionales e incluso placenteros. En este artículo explicaremos por qué te comes las uñas y por qué te gusta hacerlo, con base en estudios de la psicología y la neurociencia.

¿Qué es la onicofagia y a quién afecta?
La onicofagia es un comportamiento repetitivo que consiste en morderse las uñas, a veces hasta causar daño a la piel o sangrado. Es considerado un trastorno del control de impulsos y suele comenzar en la infancia o adolescencia, afectando tanto a hombres como a mujeres.
Según la Asociación Americana de Psiquiatría, la onicofagia puede formar parte de los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) cuando se da de manera crónica y compulsiva. Sin embargo, no todas las personas que se muerden las uñas sufren un trastorno mental: en muchos casos, simplemente es una forma de afrontar el estrés, el aburrimiento o la ansiedad.

¿Por qué me como las uñas?
Existen múltiples razones por las cuales una persona puede desarrollar el hábito de morderse las uñas:
1. Estrés y ansiedad
Uno de los principales motivos es el estrés. Morderse las uñas puede generar una sensación momentánea de alivio. Este acto repetitivo proporciona una especie de ritual calmante frente a situaciones de tensión.
2. Aburrimiento o inactividad
Cuando la mente no está ocupada, es más probable que recurras a comportamientos automáticos como la onicofagia. El aburrimiento, especialmente en lugares como la escuela o el trabajo, puede activar este hábito sin que lo notes.
3. Perfeccionismo y frustración
Algunas personas perfeccionistas tienden a morderse las uñas cuando sienten que algo está “fuera de lugar” en sus manos o cuando no pueden controlar una situación externa.

¿Por qué me gusta morderme las uñas?
Aunque parezca contradictorio, morderse las uñas puede resultar placentero por varias razones:
1. Liberación de dopamina
Como otros hábitos repetitivos, la onicofagia puede activar circuitos de recompensa en el cerebro, liberando pequeñas dosis de dopamina, un neurotransmisor asociado al placer.
2. Sensación de control
Para algunas personas, morderse las uñas les da una sensación de control sobre algo físico cuando el mundo emocional parece caótico.
3. Conducta aprendida
Si has practicado este hábito desde pequeño, tu cerebro puede asociarlo con momentos de calma, concentración o incluso consuelo emocional.
¿Es malo morderse las uñas?
Sí, puede ser perjudicial tanto a nivel físico como psicológico:
- Puede causar infecciones en la piel y en las encías.
- Daña el esmalte dental.
- Aumenta el riesgo de transmisión de bacterias.
- A nivel emocional, puede generar culpa o vergüenza, lo que refuerza el ciclo de ansiedad.
¿Qué hacer si quiero dejar de morderme las uñas?
Si el hábito se ha vuelto problemático, aquí algunas recomendaciones:
- Mantén tus uñas cortas y limpias.
- Usa barniz con sabor amargo.
- Ocupa tus manos con una pelota antiestrés o dibujo.
- Practica técnicas de relajación como respiración consciente.
- Busca apoyo psicológico si sientes que el hábito está relacionado con ansiedad profunda.
Morderse las uñas puede parecer un acto sin importancia, pero tiene raíces emocionales complejas y puede generar placer en quien lo practica. Entender por qué lo haces y por qué te gusta es el primer paso para tener mayor conciencia sobre tus hábitos y, si lo deseas, empezar un proceso de cambio. Si el hábito está afectando tu vida cotidiana, considera buscar ayuda profesional.
Fuentes:
- American Psychiatric Association – DSM-5 Onychophagia Classification
- Verywell Mind
- Healthline – Nail Biting: Causes, Treatment, and Prevention